
Nuestros hijos nos brindan una oportunidad invaluable de crecimiento personal, pero también nos desafían a mirar hacia adentro. Esos comportamientos que nos “disparan” emocionalmente suelen revelar heridas propias no resueltas. Al tomar conciencia de estas heridas y trabajar en sanarlas, podemos liberar a nuestros hijos de cargas que no les pertenecen y ver sus verdaderas necesidades.
Si reaccionamos desde nuestras propias heridas, a menudo respondemos desde un “modo supervivencia” que intenta aliviar solo nuestras frustraciones. Pero en esas respuestas no hay enseñanza, solo un reflejo de nuestras inseguridades. Pregúntate:
¿Qué puedo aprender de esta situación? ¿Qué quiero que aprenda mi hijo y qué habilidad para la vida necesita desarrollar? Este es el momento para crecer juntos y enseñar desde un lugar de paz.
Ten el coraje de enfrentar tu propia imperfección y evita criar en “piloto automático”. Reflexiona y actúa en coherencia con tus valores y con lo que deseas transmitir. Sanar y conocerte te permite acompañar a tu hijo sin proyectar en él tus propias heridas.
Recuerda, la crianza consciente es una invitación a trabajar en nuestro propio bienestar emocional. Cada paso hacia la sanación nos acerca a una relación más profunda y respetuosa con nuestros hijos, y nos da el poder de influir en sus vidas de una forma verdaderamente positiva.
No puedes dar lo mejor de ti a tus hijos si no te cuidas a ti misma. La maternidad o paternidad no es una carrera hacia la perfección. Se trata de amor, presencia y crecimiento tanto para ti como para tus hijos.
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ELIANA PONCE ALVAREZ Coach y Psicopedagoga Especializada en Inteligencia Emocional y Familiar eliana.ponce@reconociendote.com
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